Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: " Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los Cielos". Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y los haré pescadores de hombres". Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Palabra del Señor.
Autor: P. Harry López
Jesús comienza su predicación invitando a los hombres a "convertirse porque está cerca del Reino de los Cielos". Esta frase contiene una invitación al cambio, a dejar de obrar de espaldas a Dios. Convertirse quiere decir volver el rostro hacia Dios; es literalmente darle la espalda al mal, al pecado, para a avanzar al encuentro de Dios.
No fue casualidad que Jesús dedicara gran parte de su ministerio - vida pública - a llamar a los hombres de la Galilea al cambio. Jesús se radicó en Cafarnaúm porque es la zona de Israel donde, por razones comerciales e intereses económicos, eran menos religiosos. Muchos judíos de "la Galilea de los gentiles" no practicaban su fe judía, se habían olvidado de Dios y se preocupaban más por su situación económica y social. Es por esto que los hombres de la Galilea necesitaban una mayor predicación y un llamado fuerte de cambio, a la conversión.
Jesús llama a los hombres a la conversión y les da una razón para ello: "el Reino de los Cielos está cerca". No hemos de mirar la frase como un argumento de miedo o temor. No es cambiar porque te queda poco tiempo sino cambiar ahora porque Dios se te ha hecho cercano. Es una muestra de ternura y amor por parte de Dios: ven porque Dios ha salido a tu encuentro. Es como un: "mira a Dios, ven a Él porque está aquí junto a ti".
Jesús nos muestra al Dios del Amor que llama al hombre, que está junto al hombre, que nos abre las puertas de su casa haciendo presente, aquí y ahora, el cielo para los hombres.