Autor: P. Ángel Ortiz Vélez
En aquel tiempo, Jesús le propuso a sus discípulos este ejemplo sobre la necesidad de orar siempre, sin desanimarse jamás: 'En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaba nadie. En esa misma ciudad había una viuda que venía donde él a decirle: 'Hágame justicia contra mi adversario'. El juez no le hizo caso durante un buen tiempo. Pero al final pensó: 'Aunque no temo a Dios y no me importa nadie, esta viuda me molesta tanto que le voy a hacer justicia; así ya no volverá más a romperme la cabeza' ". Y el Señor dijo: "¿Se han fijado en las palabras del juez malo? Ahora bien, ¿Dios no les hará justicia a sus elegidos si claman a Él día y noche, mientras Él demora en escucharles? Todo lo contrario; pues les aseguro que Dios hará justicia en favor de ellos, y lo hará pronto. Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?".
Palabra del Señor.
Como ejemplo de perseverancia, Jesús pone a una viuda que insiste en pedirle justicia a un juez, el cual no temía a Dios ni le importaba la gente. Por su insistencia y perseverancia, este juez termina por hacerle justicia a la mujer. La palabra de Dios nos da la lección importante: orar con fe, perseverar en la oración, ser constantes en la oración aunque parezca que no nos escucha, ser insistentes.
A Dios le agrada que oremos y que hablemos con Él siempre, en todo momento: en las alegrías y en las penas, en las necesidades o sufrimientos, y en los momentos de gozo. Cuando pedimos o, simplemente, cuando le alabamos o damos gracias, seamos constantes como la viuda; pobre, sola, indefensa, pero audaz por su fe y perseverancia. Comparto con ustedes parte de la reflexión escrita por Tomás Ramírez en el Dabar para el domingo XXIX del Tiempo Ordinario Ciclo C (20 de octubre de 2013):
"Esa incistencia sin cansancio, esa repetición sin descanso, ese "escrable" a Dios, como si no supiera de qué tenemos necesidad lo traducía el Papa Francisco en estos días con palabras de Santa Teresa: "Orar es como negociar con el Señor"; tomarse esa confianza sin tenerla, sería grosero desparpajo. "Es agotador -decía- pero esta es la oración". El Papa alude a Abrahán a quien no hace tantos domingos escuchamos en su "trato" sobre los justos posibles de Sodoma, pero también se refiere al evangelio de hoy en la pobre viuda que insiste ante el juez displicente. Podría haber puesto también el ejemplo de Moises que en la escena de hoy pone todo su empeño en "no desistir". Y lo consigue."
Recordemos siempre las palabra de Jesús: "Les aseguro que Dios hará justicia en favor de ellos (de los que le suplican) , y lo hará pronto. Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?". (Lc 18, 8)