Por: P. Ángel Ortiz Vélez
En estos días el mundo ha sido testigo del noveno viaje apostólico del papa Francisco, esta vez a países latinoamericanos: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Ha llegado a estas tierras como enviado de Jesús a anunciar con alegría el Evangelio. No vino a buscar premios sino, con humildad y sencillez, a evangelizar y a acompañar a estos pueblos (como enviado de Jesús) y a fortalecer la fe de esta porción de la Iglesia.
El 8 de julio en Bolivia, su presidente Evo Morales entregó al Papa dos condecoraciones que son la máxima distinción a un visitante o ciudadano. El Papa agradeció con delicadeza el gesto y decidió dejarlas a los pies de la Patrona de Bolivia, la Virgen Madre de esta nación, para que ella siempre se acuerde y cuide de ese pueblo y también del sucesor de Pedro y de toda la Iglesia. Tremenda lección que nos ha dado el papa Francisco.
El Papa hoy nos envía a nosotros como apóstoles a anunciar el Evangelio. La palabra apóstol viene del griego "apostellein" y significa enviado. Marcos, después del rechazo que Jesús recibió en Nazaret, nos recuerda el primer envío de Jesús a los discípulos para la misión (Mc 6, 7-13). Los envió de dos en dos y ciertamente pudiéramos decir que esta primera misión era pequeña y limitada pero es un preludio de la misión universal de la Iglesia.
Recordemos que ante la misión está el envío, y el apóstol es el enviado por Jesús. Él les dio instrucciones de cómo debían ir y cómo debían comportarse para cumplir con el envío a la misión. Jesús nos envía ahora a hacer lo que hicieron los apóstoles: compartir la Buena Nueva del Reino y anunciarlo llamando a la conversión, curando a los enfermos y expulsando a los demonios.
El envío va más allá de estas indicaciones: debemos llevar el mensaje de Jesús donde quiera que vayamos como si lo hiciera el mismo Jesús. Esto es lo que hace el papa Francisco como enviado de Jesús y su vicario en la tierra; lo tenemos que hacer los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, y todo buen cristiano. ¡Todos tenemos que anunciar el Evangelio con ánimo y con alegría!