En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido". Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?" Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin". Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".
Palabra del Señor.
Ser testigos de Jesús es mostrarlo con la vida, con nuestras obras; ser auténticos seguidores de Jesús pero en plenitud, no de forma parcial o ficticia. Cuando se da un sí verdadero a Cristo, cuando se desea seguirle y servirle, no se puede hacer a medias o en algunas cosas. La luz del Evangelio debe iluminar lo que somos. Jesús ha de entrar en nosotros y tomar posesión de nuestra vida, sin limites. No podemos avergonzarnos de Cristo y su Evangelio. Cuando tomamos la decisión de seguir a Jesús entramos en lucha contra todo lo que es contrario a Jesús y su evangelio. Por el bautismo hemos sido regenerados, hemos renacido, somos hombres nuevos y si somos criatura nueva, tenemos una forma de obrar y pensar nueva: la de Cristo. No debemos tener miedo al mundo, pues Cristo venció al mundo. ¡Seamos reflejo de Cristo, demos testimonio de Él en el mundo!
Padre Harry López
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"Afrontar la persecución: la que surgirá de nuestra defensa de los valores del Evangelio, pero de todos ellos, no de los pocos en los cuales hemos centrado la moral; una defensa que a veces está muy asociada a sectores que paradójicamente se olvidan de que Jesús habló más de justicia que de moral matrimonial, sexual o planificaciones educativas."
"Jesús contestó: 'Estén sobre aviso y no se dejen engañar; porque muchos usurparán mi nombre y dirán: Yo soy el Mesías, el tiempo está cerca. No los sigan' ". Lc. 21, 8
"Discernir: ante los profetas, verdaderos y falsos, de esta realidad nuestra, no es lógico encerrarse a cal y canto, taparse los oidos o bajarse del tren de la historia o querer que se legisle como si estuvieramos en un régimen de cristiandad. Es necesario recuperar el don del discernimiento y entender desde la humildad que hay que replantear nuestro ser Iglesia. No dejarse atrapar por la fiebre mesiánica: en tiempos de crisis, no se puede pretender ir detrás de soluciones unilaterales, absolutas, precipitadas. Si buscamos que todo sea inmediato seguramente nos equivocaremos."
Sergio López
Publicado en: Dabar Domingo XXXIII Ordinario
17 de noviembre de 2013
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"Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada, ya que la felicidad plena y duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien".