Después que partieron los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y se retiró a Egipto. Permaneció allí hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que había dicho el Señor por boca del profeta: "Yo llamé de Egipto a mi hijo". Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, en Egipto. Le dijo: "Levántate y regresa con el niño y su madre a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño". José, pues, se levantó, tomó al niño y a su madre, y se vino a la tierra de Israel. Pero temió ir a Judea, sabiendo que allí reinaba Arquelao en reemplazo de Herodes, su padre. Siguiendo un aviso que recibió en sueños, se retiró a Galilea, y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: "Le dirán Nazareno".
Palabra del Señor.
Autor: P. Harry López
En el evangelio de hoy, Mateo dice que Jesús es Nazareno porque se crió en Nazaret. Pero, ¿es realmente Jesús de Nazaret? No. Mateo comete una pequeña equivocación al referirse a Jesús como Nazareno porque se crió en Nazaret; el profeta realmente se refiere al nazareno como aquel hombre que se consagra especialmente al culto de Dios y por esto no se corta el cabello ni la barba y tampoco ingiere bebidas alcohólicas. Jesús, pues, es nazareno porque se dedica plenamente a Dios, su Padre.
Si Jesús, entonces, no es nazareno - oriundo de Nazaret - ¿de dónde es? Es natural de Belén, pues los hombres somos naturales del lugar donde nacemos. El que Jesús naciera en Belén no es una casualidad sino una necesidad. El Cristo tenía que ser de la familia de David. Por eso nace en Belén, para dejar claro que es de la familia real judía. Dios, en su sabiduría, mueve a los hombres - incluso al emperador romano - para que no quedara duda del origen de su Hijo Encarnado. Jesús pertenece a la familia real davídica. Por eso otro emperador romano (Pilatos) lo llamará "El rey de los judíos".
No solo por eso nació en Belén, que en español quiere decir "casa de pan", sino que será de Belén, la casa de pan, que se nos da el mejor pan que jamás el hombre probó: el pan del cielo. Jesús es el verdadero pan del cielo que se da a los hombres para nuestra salvación. El pesebre viene a ser como ese primer copón donde se coloca este rico y tierno pan, este rico y tierno niño, que luego se nos dará como alimento espiritual para la salvación del género humano.
Cada Iglesia Católica es un Belén, pues en sus altares encontramos El Pan del Cielo. En cada eucaristía Jesús se nos da como pan sabroso que enriquece el alma del cristiano. Pongámonos en camino hacia Belén, hacia el altar, hacia el sagrario; como los pastores, como los Reyes Magos. Allí nos espera Jesús. Allí veremos la gloria de Dios. Allí todo el que tiene hambre y sed... quedará saciado.
¡Feliz Navidad!